domingo, 29 de abril de 2018

Otro día.

Hoy de nuevo desperté extrañándote. Creo que debo acostumbrarme a la sensación de vacío que se aloja en mí cada vez que me despierto y sé que no estás. Es algo tan amargo que de una vez me arruina el día, sé que quizá después mejore, pero no será mejor por que en el fondo sé que no te veré. Ni hoy, ni mañana, ni el mes que viene, ni siquiera el año siguiente. ¿cómo puedo vivir con la idea de que si contaba los días para que llegara el fin de semana ahora pasarán meses y probablemente años para volver a verte?, me siento en la computadora con el celular y observo mi fondo de pantalla. Aún tengo una foto de él dónde te ves demasiado feliz. Por un momento mis ojos se llenan de lágrimas, que no tardan en salir. Sé que soy demasiado sentimental y la mayoría de las veces lloro por todo, siempre lo decías. Pero cómo no llorar, si sé que quizá algún día te fijes en otra persona y te termines olvidando de mi.

La maquiavélica idea me da vueltas en la mente, mis propios pensamientos siempre me han hecho daño. Se encargan de decirme que pude haber cambiado a tiempo, a tiempo para despertar contigo cada mañana y verte dormir. Como algunas veces lo hice sin que te dieras cuenta. Observando cada detalle de tu rostro, incluyendo esos labios que desde siempre fueron mi debilidad hasta hoy y lo serán hasta el final de los días. 

Me pregunto que será de mi el resto de mis días que no te encuentre en mis momentos.

No tienes idea de cuánto te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario